PROSTITUCIÓN HISTÓRICA

 

PROSTITUCIÓN

Que bonita la canción de vida, aquella que el amor más bello de la familia no puede lograr. No es un amor que no hable , sino que no se habla por lo tanto, no existe, pues menos sabe. Sabe cuanto quiere sobre temas de interés, pues muchos son los hombres que se hayan interesados en el gran deporte del cantar, no por gusto sino por deber.

Louis XIV regalaba a todas sus prostitutas un brazalete de despedida como una canción de recuerdos prohibidos, pero para bien de ellas: bienes adquiridos por la melodía romántica que de tan costoso órgano le iban a entregar, y no se confundan, no era su corazón del norte.

La Reina Isabel de Castilla con tan sólo una de ellas fue la que se encontraba en la ciudad del Sur. Ellos, quienes la usaban, no podían ver aquello con tal claridad, pues dichosos son  los que  ven sin ver. Ella sintió la verdad, pura y atrevida como ellas no las hubo, pues saco a la muchacha de tan bochornoso lugar y plantosela con su persona en la Corte Real. ¡Qué destino tan avaricioso!  Melodías infinitas le hizo sonar el guardia real, pobre de ella, la inocencia de la Católica fue la más grande oportunista de dejar a la oveja con el cordero de Satán. 

Juana la Beltraneja jamás supo de su padre real, que bonita ilusión se le puede crear a una niña que lo único que piensa es en el cantar, jugar y disfrutar por palacio. Y que desdichado aquel hombre que disfruta de la idea de jugar con su hija, siendo esta de aquel que no es más que su mero cuidador. Pobre de él, bendita sea ella entre todas las mujeres, pues no es sino la más afortunada de todas las bastardas que nacieron en palacio.

A lo largo de la historia han sido incontables ocasiones y la verdad que lo siguen siendo, las grandes casas de tratas de personas para el placer del sexo, trata de personas (incluimos chicos y chicas, la prostitución también existe en los hombres). Dicho oficio no cuenta con apoyo político, pero son muchos de ellos los que han sido visitados por compañías en distintos hoteles. Simplemente quería recordarles señores lectores que cuando se encuentren con una persona que se dedica al trabajo de la carne: no miren hacia otro lado, pues lo que esa persona necesita es hablar y todo el cariño que esos odiosos u odiosas no les saben dar.