BAGDAD 

Melancolías infinitas se despiertan, son llamadas al desorden de la globalización del porno. Desechos sociales los llama la sociedad, ¡qué atrevida ella! Cual pecador fuese tan ruín y cruel que Dios le castigaría con su cuerpo, pobre de él.

Infancias arruinadas, despertares de la sensualidad vienen a mi sin yo dar vela en dicho entierro. Muerta está la Virgen, que santa al igual que el violador fue en su día. No me vengan con flores, rosarios, y menos velas. Aquí han de venir con telas, algodones y cargadas de amores. 

El mito del príncipe fue desestimado, ganó el ogro, no por ferocidad ni testarudez; sino porque polvo dorado tenía en sus bolsillos, pobre de mi, Dios se apiade. ¡He aquí tu carne en perfecto estado lista para ser usada!

Jamás hubo en el mundo un sentimiento tan sucio. Aquel que viene en nombre del porno y se hace llamar actor del pueblo, pues no es más que un ruin sin principios, ese será mi verdugo. Cuando la noche caiga y las luces de neón subleguen a las estrellas; cuando la melodía suene, no bailen, pues hay quienes tienen que pedir permiso para cambiar de postura. 

Borrachos del mundo que tienen como hogar los burdeles. Seres que serían premiados en público con sus insignias filmadas, pobres almas obligadas. ¡Qué cruel fue mi Dios al crear tan desdichado y doloroso oficio! ¡Pobre de mi! Habré de agotar mis  lágrimas en la última devastadora calada y comenzar a trabajar, pues la Virgen está sentada a mi lado, pero Dios nos ha abandonado